martes, 26 de junio de 2012

FORMATO LIBRO; preparativos

Pues que viendo que la inspiración no volvía he dedicado algo de mi tiempo a reordenar la historia PERO AHORA EN FORMATO LIBRO.
 (sí, este es una entrada realizada de puro aburrimiento)

Los cambios serían:
ACTUAL - LIBRO

      TÍTULO:
"EL MEDALLÓN        -  "TRIADA"
DEL BRUJO"

FORMATO:
    67 CAPÍTULOS - 37 CAPÍTULOS
                     ENTRADAS CON ENTREVISTAS, - "ESPECIALES" TRAS CADA CAP CON  
DIBUJOS, ETC.                    ESOSCONTENIDOS.




Y hasta hay logo:
(tiene su significado con respecto a la historia)


PODÉIS DAR VUESTRAS OPINIONES E IDEAS ^^

lunes, 25 de junio de 2012

ENTREVISTA 5

Y aquí llega una nueva entrevistada:
FLOR DE ORO

Supervisora: Muy buenas, quieres que te llamemos Flor?

Flor: Vale.

S: Flori?

F: =_=

S: Florette? Floreada? Florencia? Ramo?

F: =_= Yo antes era una diosa, no oses hablarme con esos apelativos denigrantes, ¡he visto visto la televisión y sé qué es lo que significan!

S: vale… Flor… dinos, tú eres de…

F: China. Alrededor de un filón de oro se acumuló energía, cayó un rayo sobre este y surgí yo.

S: ¿Entonces no eres un vegetal normal? ¿Hacías la fotosíntesis?

F: sí, aunque no era necesario. Mi poder me permitía pasar largas temporadas sin alimentarme.

S: ¿Fue eso lo que pasó mientras te tuvieron encerrada? ¿Cómo llegaste a esa situación? Anda, cuentanos algo de tu historia, eres una gran desconocida.

F: Los humanos me encontraron y al ver que podía controlar el clima me llevaron para venerarme. No estaba mal, me hacían muchas ofrendas y me respetaban; yo era una diosa. Pero empezaron una guerra civil y decidieron ocultarme para que el otro bando no diera conmigo. Pero finalmente pasé casi 300 años metida en una caja, sin volver a ver el Sol. Viajé por todo el mundo y lo único que vi fue el interior de esa caja. Hasta que me olvidaron en la mina *ofendida*, tanto adorarme para luego…

S: Pobresica… Pero si  eres súper fuerte, ¿cómo no te liberaste?

F: La caja tenía hechizos para que no pudiera abrirse o romperse desde dentro. Para que no me fuera.

S: ¡Qué capullos! ¿Y cuando Nicole llego a ti? Cuéntanos eso.

F: Los Guadianes esos vinieron a buscarme, pero enfrentándose al dragón que había para protegerme empezaron a derruir la estructura. Nicole cayó sobre mí desde el techo y rompió la caja que me apresaba. Cuando por fin podía ser libre no tenía intención de acabar aplastada, así que poseí a Nicole.

S: Dinos, intentaste quitarle el cuerpo, ¿verdad?

F: claro, mi intención era suprimirla y ser la única propietaria del cuerpo. La movilidad me hubiera resultado muy útil. Pero lo no lo conseguí.

S: Debió ser un palo para ti.

F: ¿Palo, por qué mencionas una rama en esta conversación?

S: digo que debió ser un chasco.

F: desconozco el sentido de ese lenguaje.

S: ¿¡Te jorobó!?

F: …

S: Ainnnnssss.
Nicole: *viene hasta Flor* Pregunta si te dio gusto o no no poder acabar conmigo.

F: Entiendo. *se gira hacia la Supervisora* No, no me gusto, yo quería matarla si era necesario, su cuerpo tenía que ser mío.

N: =_= Está así a todas horas, sobre todo al principio.

S: ¿Y qué es lo que más te molesta del mundo actual, Flor?

F: La deforestación... y el tráfico, no se puede respirar.

S: ¿Y lo que más?

F: ¡El libertinaje! Nunca había visto tanta liberación, me encanta esta sociedad consumista llena de caprichos. Puedes conseguir casi cualquier cosa y cuando lo obtienes dejarla a un lado y perseguir otra sin problemas. En mi época se daba gracias si se tenía lo básico y hacer eso era casi un delito, que se pueda hacer sin que te amonesten por ello... es fascinante *aún asombrada* Es tan fácil disfrutar el momento sin pensar en nada más...

S: Quién lo fuera a decir. Nunca lo había mirado así, la verdad. ¿Qué es lo que más te gusta de Nicole?

F: Supongo que... hum, me deja mirar en sus recuerdos y siempre me explica cuanto me trastorna de este nuevo mundo. Y lo decidida que se vuelve con ciertos temas o que disfrute con la adrenalina.

N: ¬¬ y si no bien que rebuscas sin permiso.

S: ¿Lo que menos?

F: Que sea tan contenida, ¡siempre está pensando en golpear a la gente, chillarles y así, pero se ordena quedarse quieta!

N: ¡Eso no es ser contenida, es saber actuar con cabeza y no a salto de mata! No es mi culpa que una impulsiva como tú lo encuentre así.

F: ¡¡Me gusta ser impulsiva!!

N: ¡Te pasas de impulsiva!  Nos pones en aprietos.

F: Pufff *cruzada de brazos y ofendida*

S: ¡Haya paz!

N: *se levanta* Será mejor que me vaya o acabaremos mal.

S: No, Nicky, para mí que te voy a necesitar... Flor...¿Y por qué no abandonas el cuerpo de Nicole?

F: No puedo... ni salir ni destruir a Nicole, y ella tampoco. Lo hemos intentado, pero estamos atrapadas juntas.

S: Qué putada. ¿Alguna vez te has enamorado?


F: No, he vivido encrrada... *mala leche* Pero... he de confesar que los "instintos reproductivos mamíferos" se sienten más fuertes de lo esperado y son gratamente satisfactorios... Siendo una planta mágica nunca llegué a polinizar ni ser polinizada, pero no he perdido el deseo de concluir mi misión reproductiva en mi nuevo cuerpo...


N: ¿Tuyo?


F: en mi nuevo cuerpo, sí, pero esta vez por el puro hecho del disfrute no de la perpetuación, ¡yo quiero también disfrutar de eso llamado "sexo" en directo y no sólo con tus recuerdos!


S: =n= Estoooooo.... me he quedado a cuadros.


F: No eres un cuadrado. ò-ó


N: Se refiere a que no esperaba esa respuesta tuya... *faceplam y muy colorada*


F: Debería hacerlo, en una entrevista se esperan respuestas del entrevistado.


N: Flor, déjalo estar...


S: Puff, ¿debería suponer que hay un objetivo para esos "instintos reproductivos mamíferos"?


F: Deberías.


N: Búscate otro.


F: Fueron precisamente tus recuerdos los que despertaron mi interés por él.


N: ¿Por qué te crees que me molesta?


S: Creo que esto no da más de sí antes de que alguien llegue a las manos. Bueno ¡que te pregunten los lectores!

viernes, 22 de junio de 2012

Buena acción desinteresada #1: Hacer de chacha indolente limpia que te limpia.

Esta tarea era muy fácil. ¡Me he pasado la vida entre mochos y paños! Y lo digo en serio… Para empezar me críe en un orfanato público y de alguna forma tenían que amortizar nuestra manutención allí (y como no era legal mandar a menores trabajar fuera… pues nos tenían a todos ayudando a mantener las instalaciones). Y después de eso, resulta que una de las cualidades básicas para sobrevivir en mi mundillo era no dejar rastro de mis actos por ningún lado. Estaba más que acostumbrado a dejar las cosas inmaculadas.
De modo que aquella mañana me coloqué unos auriculares (hurtados, por supuesto), volumen a toda potencia y así me pasé la mañana entera, bailoteando y canturreando (y metiendo un par de gallos de tanto en cuanto) con el limpiacristales y la escoba. Los Guardianes que pasaban a mi lado se me quedaban mirando como si estuviera pirado, pero yo les gritaba que no me pisaran lo fregado y seguía a lo mío.
-¡¡Hello, hello, Colyn!! –giré casi tres vueltas como una bailarina sobre el suelo mojado apoyando el pie en un paño.
-Alec… ¡vaya!, ¿estás bai…? –resopló moviendo negativamente la cabeza-.
 Qué feliz te veo –y casi que no se lo creía-, no pareces el de siempre.
-Ah, no es felicidad, pero si estoy distraído no pienso en problemas ni cosas de esas…
Di unos saltitos hasta el cubo.
-¿Y tus muletas?
Puse mala cara. –Mierda, me las he dejado en el tercer piso (en el lugar donde empecé la jornada).
-Un poquillo lejos… -se aguantó para no reír y tomó asiento en la escalera. Le eché un vistazo de arriba abajo, no necesitaba más para leerlo.
-Venga, déjate de disimulos, que se nota que vienes para llorarle tus piensa a alguien y ya me has elegido a mí –Le espeté poniendo los brazos en jarras.
-Humm, vaya, no me esperaba que fueras tan directo… Pues es que, verás…
Pero como en realidad no quería escucharle las penas le interrumpí sin ningún tacto: -Oh, mierda, que no era una invitación. Ogh, bueno, va, si quieres largar algo. Humm, espérate que piense: ¿qué te pasó después de los laboratorios? Dicen que desapareciste pero has vuelto, a pesar de que ya no… perteneces… exactamente… que te has separado -¡joder qué difícil es rodear la verdad algunas veces, puñetero suero de la verdad!- ¡Interrúmpeme o diré tonterías!
-¿Eh? ¡Ah, sí! Pues estuve un tiempo fuera… hasta que empecé a controlarlo. Luego usé el hechizo que me diste para ocultar el aura, y fui a comprar más como ése.
-Y entonces volviste y hasta ahora te las apañas así aunque te sigue constando lo de los instintos, sí, sí, sí, muy predecible y aburrido. -resoplé-. Ya puedes contar tus penurias, prometo hacer como que te escucho.
-Eran esas… casi me transformo por una rabieta, no debí volver tan pronto…
-Pues no. Para empezar no deberíais haber vuelto ni ahora ni después. ¡Ni que esto fuera un parque de atracciones, parece que estuvierais deseando venir aquí!
Suspiró con fuerza.
-¿Y qué más…? –pregunté de mala gana intentando que saltase una mancha de la ventana.
-Alguien lo sabe.
-¿Quién? –Puse de nuevo mala cara-. ¡Culebrón, tragedia, por supuesto, ¿cómo no?! Jiaja. –se me escapó una risota de repente- ¡Venga, dilo yaaaa! –casi me abalanzó sobre él.
-A-Alec das mucha cósica cuando te comportas tan… así –más de uno se estaba arrepintiendo de descubrir mi verdadero ser (¡peor para ellos!). Había pasado de no soltar una palabra y parecer siempre distante a no parar de hablar, a veces sólo para mí, cada vez que me preguntaban cualquier cosa. Y la mayor parte de cosas eran verdades como puños y poco elegantes sobre ellos y la otra mitad conecsión de ideas que siempre tomaban rumbos raros (me preguntan por el tiempo y yo les acabo hablando de un volcán en Sudamérica).
-Pues te vas a tener que aguantar. Estoy esperando; ¡habla!
-Es una… agh, una soldado vampira que tenemos prisionera desde hace poco... bueno, desde antes de que yo volviese. Cuando luché con ella en la Arena lo supo…
-¿Arena? –ignoré por completo el núcleo del problema-. No paro de oír eso y suena tan… “urrrr” ¿me explico? No sé que puede tener de malo una playa artificial (que es lo que yo me imagino cada vez que lo escucho), aunque la arenilla en el bañador sí que…
-¡¡Colyn!! –el-que-se-hace-el-héroe me interrumpió ganándose una mirada asesina.
Me la devolvió con odio, no pudiendo contenerse para no decir alguna estupidez: –Vaya, te queda bien el pañuelo en el pelo –dijo para burlarse de mí, pero no le salió demasiado bien.
-¡A que sí! –abrí mucho los ojos y me incliné con esa sonrisa mía que sólo daba grima (la única sincera que tengo y resulta que es la más fea)- Y a ti la coleta –le dije con sinceridad-. Y porque voy de chacha, si me vieras a lo mecánico (y menos enfermo de lo que estoy ahora…) con este mismo peinado… -ronroneé.
-Uagh…
Fui a reprocharle esa falta de cortesía cuando el prodigioso instinto de amigo-segundón-de-un-chulito hizo a Colyn cambiar rápidamente de tema antes de que se iniciara una pelea: dio un paso y se interpuso entre los dos. -¿Qué ocurre, Rob?
-Pues que Bobo Bobby necesita ayuda pero te lo va a pedir como una exigencia, para que la culpabilidad (TU culpabilidad, voluble conocido (que no querido) mío) no lo obligue a parecer débil y desesperado (que lo está, SIEMPRE lo está, así que bájalo de tu altar) –me apoyé en el alfeizar.
El-que-se-hace-el-héroe gruñó. -¿Quieres que te sierre la otra pierna?
-Preferiría que no.
-Pues a lo tuyo.
-Rob… no seas tan desagradable -Colyn le pidió con la mirada.
-¡Esoooo!
-¡No me des sermones! –enganchó a Colyn de la pechera para llevárselo a rastras, pero Colyn de repente lo empujó y le enseñó los colmillos, cosa mala…
-NO ME TRATES ASÍ, NI A MÍ NI A MIS AMIGOS –le gruñó adoptando una posición baja como si planeara embestirlo.
Rápido Alec, ¡antes de que se le vean las orejas al lobo! (pues sí, mis queridos lectores, mi trato con Colyn se sigue manteniendo, qué viejos tiempos aquellos en los que se lo propuse…)
-¡¡Que no me piséis lo frega’o!! –Los separé a escobazos- Lo que rompáis tendré que limpiarlo yo, así que, ale, a tomaros una tila a la cocina. Joder, sí que estáis tensitos por aquí, a la mínima saltáis –y tú contente; le advertí a Colyn.
***
No sólo mis muletas ya no estaban cuando conseguí subir los tres pisos a saltitos, sino que tuve que ir hasta allí cargado con los productos de limpieza (wiii, menuda rehabilitación menos ortodoxa, estamos de vanguardia).
Había cogido algunos productos de la armería, donde solían abrillantar y pulir sus armas de Luz los Guardianes, así que me disponía a devolverlos a su sitio, pero al llegar allí vi a Colyn dándose ánimos así mismo para entrar en la armería; la tentación fue demasiado fuerte.
Lo seguí y me quedé al otro lado de la puerta.
Robert estaba allí, pasando revisión a todas sus armas personales, las cuales amontonaba en cuidadas piras. Aunque no pude escuchar el principio de la conversación, sí intuir lo suficiente.
Colyn seguía tenso, parado entre las estanterías a una distancia de seguridad tan grande que denotaba la poca seguridad que sentía. –Rob… venía a disculparme por mi comportamiento –el-que-se-hace-el-héroe ni siquiera miró a su amigo y arrojó con fuerza la espada que acaba de abrillantar a un lado. Colyn suspiró-. No estoy pasando por una buena racha.
-Y se lo estabas contando antes a esa escoria que a mí.
Colyn resopló; es que a Rob no se lo podía contar (no tendrá cojones de clavarle una espada en el cuello (ejem, ejem; Encantamiento 65) pero lo miraría muy mal y ya sabemos que puede ser muy desagradable el niño éste).
-Parece que para ti tampoco está siendo una buena racha. ¿Qué te pasa con Alec? –Esperó a que el-que-se-hace-el-héroe dijera algo pero no fue así. Su instinto “evita peleas” le instó a desviar aún más el tema de conversación lejos sus problemas (lo que sea para no hablarle de su licantropía a su mejor amigo)-. Vi lo que pasó aquel día… y por un momento temí lo peor. No me lo esperaba –se encogió de hombros-, Alec está muy diferente, ¿no te parece? Quiero decir a parte del suero de la verdad y la cantidad de… tonterías que suelta
-¡¿Y me tiene que usar a mí para cambiar de tema?! –me tapé rápidamente la boca para amortiguar mi grito. –Mierda, mierda, bueno, parece que no se han enterado, ¡bien! Agh, Alec, cállate…
-¿Y a mí que me importa? –Gruñó poniendo los ojos en blanco y una expresión de asco nada favorecedora. -Tal vez esa es su verdadera cara y todo lo que conocíamos de él era una mentira; es un asqueroso demonio, no debería extrañarnos.
-Dime la verdad, ¿su actitud te está afectando?
-NO. –Suspiró- Sí… Ése demonio es un asqueroso mentiroso, manipulador e interesado, a todo momento. Sabes que lo detesto. Sólo sabe hacer daño; encarna todo contra lo que luchamos. Así que si es a eso a lo que te refieres…
-Ya lo sé. Ahora lo entiendo.
Rob refunfuñó. -¿El qué entiendes?
-Vuestra relación, Rob. A pesar de todo eso lo admirabas.
-No sé de qué me hablas.
Pero Colyn siguió hablando: -Yo creo que ya te has dado cuenta. Lo único bueno de ese hijo de puta es que encaraba lo que hiciera falta, daba mucha seguridad que pareciera tan decidido en todo lo que hacía. Aunque lo que hacía no fuera muy legal –se rió-. Alguien que nos ha plantado cara de todas las maneras posibles y se ha burlado de nosotros; tienes razón, es justo contra lo que luchamos. Pero a ti debió de parecerte un digno adversario, todo un aliciente para alguien que siempre está por encima de todos en cuanto hace; no suelen desafiarte como él…
-Y resultó ser un niñato sin autoestima, débil de moral que necesita con urgencia ir a un loquero. Un maldito desesperado suicida –golpeó lo que tenía en las manos contra la mesa-... ¡sin objetivos, sólo pidiendo muerte… la suya y la de todos! –Guardó un largo silencio, con la mirada baja- Tienes razón, Colyn, quería medir mis fuerzas con un igual, aún lo deseo, y creía que él merecía la pena pero me equivoqué –alzó las manos sobre la cabeza exhalando el aire con fuerza, todos sus movimientos estaban siendo muy buscos-. Me niego a rebajarme ejecutando a simples críos; entre él y la nada no existe diferencia. Y esto me ha hecho preguntarme si… ¿serán todos los demonios así, sólo fuertes en apariencia? Se supone que los Guardianes estamos aquí para proteger a los humanos, que por eso nuestros antepasados renunciaron al Paraíso, pero con mierdas como él… incluso los humanos podrían cuidarse ellos solos, ¿¡o no!? –Resopló apartándose el pelo de la cara-. Los Guardianes podríamos habernos ahorrado la condena de permanecer encadenados a este mundo incluso después de muertos.
-¡Rob…! ¿Estás perdiendo tu fe? Aunque Alec haya sido una estafa, existen amenazas mucho mayores contra las que hemos de luchar para proteger a la humanidad…
-Claro. Es lo que todos me dicen llegados a este punto.
-Ya lo sé, suelo estar ahí cundo sucede, pero puede que no te hubieras dado mucha cuenta. ¡Es una broma, no me mires así! Bueno, estoy seguro de que ya nada de lo que pueda decir será algo que no hayas escuchado antes. Pero necesito que me respondas otra pregunta que me inquieta, sólo una…: ¿y Lena?
-¿Lena? ¿Primero me preguntas por la escoria y ahora por Lena? No sé a qué viene esa pregunta.
-Claro que lo sabes. ¿No tendrá que ver lo que sientes por Alec por lo que sientes por Lena? A mí me da la impresión de que es verdadero origen de todo… -suspiró- Ya sabes su historia, que fueron amigos y lo que hizo el padre de Lena para separarlos… Por lo que me ha contado, Lena estaba muy enamorada de Alec… y sospecho que él también.
¡¡Lena estuvo enamorada de mí!! Uag, ¿y no me lo pudo decir? ¡Todo hubiera sido más fácil! Me cago en….owiudghozugfbygAOLLO; me mordí los nudillos para que la rabia no me hiciera volver a hablar demasiado fuerte.
-¿Y?
-Te pregunto qué es lo que opinas tú... ¿y si ellos siguieran queriéndose como entonces?
Rob se quedó pálido y entonces su semblante se volvió completamente rojo, las venas del cuello y la frente se le remarcaron por la presión de la ira.
-Lena es mi amiga, no quiero que acabe con ése perturbado que intentará herirla.
Colyn torció la expresión.
-Lena no es sólo tu amiga, Rob, ella siempre ha sido especial…
-Af. ¡Colyn, estoy harto de que me hables con palabras cifradas, dime la verdad a la cara! ¡¿Y ahora qué es lo que quieres decir con eso?! Venga, háblame claro o no me hables.
-No estoy seguro, por eso te lo pregunto. Sueles tratarla como a un compañero más, pero… sobretodo últimamente… ¿es posible que la veas con otros ojos?
-¿Insinúas que me siento atraído por Lena? Por favor, Colyn, todos sabemos que Lena no se distingue precisamente por su sex appeal y que podría ostentar a algo mejor, no es en absoluto el tipo de mujer con el que me juntaría.
-Ya sé que podrías conseguir a casi cualquier mujer, pero el caso es: ¿quieres a otra mujer?
La expresión de Robert era de incredulidad pero a cada segundo conforme se sostenían la mirada empezó a darme la impresión de que veía deseos de llorar en los ojos del-que-se-hace-el-héroe, aunque aquella distancia posiblemente lo imaginara (por culpa de Campbell he visto muchos culebrones, lo mismo han acabado lavando el cerebro y me da por dramatizar todo lo que veo).
-Quiero a Nicole, sólo con ella podré cumplir mi destino y salvaros.
-¿Pero sólo la quieres por esa profecía?
-Nicole tiene unas curvas de vértigo, ja, ¡es fantástica!
-Para pasar la noche, claro. ¿Pero toda una vida…?
-Eso son tonterías, por favor, Colyn, no me vengas con pamplinas y cursiladas. El tiempo que pasaste perdido por Canadá no te hizo ningún bien. Cualquiera diría que eres uno de esos a los que el amor amaricona.
-Quién sabe, a lo mejor –se encogió de hombros.
-¿Cómo? ¿Hay alguien? –en lugar de alegrarse pareció tomárselo a mal.
-De ser así no tendría por qué decírtelo si tú no me lo dices a mí.
-¡Colyn…!
-¿Sí, Robert?
-¿Qué te está pasando? ¡Es también esa escoria, te está haciendo lo mismo que a Lena, poniéndoos en mi contra!
Suspiró. -Eso ya sabes hacerlo muy bien tú solo. Pero tienes razón, de no ser por Alec puede que nunca hubiera tenido el valor para darme cuenta ni mucho menos para decírtelo a la cara.

martes, 12 de junio de 2012

Encantamiento 67: Déjate llevar (o ser arrastrado).

//Para mi gato-alga-pelusa-alienígena-termosintético preferido (ella sabe de quién hablo, muajajaja), ten un feliz cumpleaños de mi parte, te lo mereces. Y esta dedicatoria es UNO de mis regalos (mi existencia es el otro... (H)//



-¿Recuerdas ese contrato que firmaste con nosotros la primera vez que llegaste aquí?
Asentí. -Seh –aunque eso fue hace la tira tiempo y casi lo había olvidado (es que con tanta “aventura” de por medio…).
-Pues según eso eres “un Guardián más”.
-¡No te lo crees ni tú!
Gin suspiró, colmado de paciencia. Uno de los peores efectos del suero de la verdad es que decía en voz alta todo lo que se me pasaba por la cabeza. Y la mayoría eran comentarios hirientes o desvaríos varios, pero ya se iban acostumbrando a mis interrupciones, y a que hablara tanto.
-Convencimos a los altos cargos de que se mantengan a ese respecto a pesar de que tú…
-Lo rompí al ir en contra de uno de los miembros de la Orden, como es Dande, sí. La mayor parte del tiempo soy inteligente, ¿vale? La otra parte en cambio pues como que…
-Exacto, en cualquier otro caso se te debería ajusticiar directamente, pero como se te considera “un Guardián más” tendrás un juicio para resolucir qué hacer contigo con esos cargos –Gin terminó de explicarme y se apoyó en la camilla que había a mi lado.
-Humm, ¿y tú eres mi abogado? –puse una mueca escéptica.
-¿Qué? No, yo soy médico, no puedo.
-¿Y dónde consigo uno? ¿Existirá un mercado de abogados? –Fruncí el ceño- Siempre puedo comprar un esclavo que haya estudiado derecho.
-Humm… sólo se deja participar a los abogados que saben de la Orden y los que hay no estarán a tu favor.
-Pues como tenga que volver a defenderme yo solo, lo tengo muy chungo. Mas que andarme con juicios, prefiero que me corten el cuello o alguna cosa rápida.
-¿Tiene que ser obligatoriamente un abogado con título? –Preguntó la Cucaracha, se notaba lo mucho que odiaba cuando empezaba a hablar sobre muertes y suicidios, o que para mí fuera algo tan normal la existencia de esclavitud.- De lo contrario podríamos expandir la búsqueda y tal vez encontrar a alguien que pueda representarte decentemente, ¿no?
-O sea, Albert (aunque no se atrevía a pedírselo directamente a Albert sabiendo que las cosas se le estaban poniendo en contra). Admítelo, la verdad es que no se te ocurre mucha más gente.
-Lo miraré –Gin prometió.
-Pos vale… -resoplé, abrazándome las rodillas.
Debería ir preparando mi defensa por mi cuenta, lo sabía… Pero no estaba muy por la labor; en cualquier otro momento hubiera trazado mil y un planes, pero la idea ni siquiera despertaba a mis instintos de supervivencia, amortiguados desde hacía bastante tiempo. Los demás se daban cuenta en mi desinterés en este tema (porque largo más de la cuena…) y se habían abalanzado sobre mí, instándome a encontrar una salida. Y yo… yo me dejaba empujar simplemente porque tenía incluso menos ánimos para peleas. -¿Cuándo será mi vista? –no me importaba, pero haciendo preguntas tontas (e intentando callarme comentarios como este) ellos creían que sí y se relajaban un poco.
-Aún no hay fecha.
-Hablaras mal de Dande, ¿verdad?
La miré sin realmente fijarme en ella y finalmente asentí. -Esa es mi mejor baza: dar pena (aunque mucha gracia no me haga tener que arrastrarme aún más. Supongo que aún se conservan informes de sus laboratorios.
Gin asintió. -Ponte en un programa de ayuda psicológica, dará una imagen de buena voluntad y a ti te vendría bie…
-NO –me cabreé. Y encima de pesados, Albert y Gin se habían puesto muy poco sutiles con este tema; empeñados en su objetivo judeocristiano de salvar vidas que tanto promovían en la Orden, trataban de convencerme de dejarme tratar por un psicólogo.
-Pero…
-Yo no lloro ante nadie.
-Alec, hacerse el fuerte…
-No me vengas con esos cuentos. Mi dolor es mío, déjame conservar lo único que es de mi propiedad –lo fulminé con una mirada.
Nicole nos miró en silencio. –¡Hablaré con C.Lence y Gigian! Seguro que cuentan alguna cosa buena de ti y Campbell. Y Gin tiene razón… necesitas dar la imagen de que ya estás un poco menos colgado y sólo fue por “la emoción” de ese momento –la miré de refilón, ¿cómo que “un poco menos colgado”?
No quería más peleas, estaba cansado... –De acuerdo, parecer un reformado Guardián, de acuerdo, sí, eso ya lo sé. Dar los buenos días, ofrecerme como criado en el comedor, todos los días a misa, dar la limosna que no tengo e ir orando con una biblia bajo el brazo todo el día. “Alexander Pan y Vino” (espero que no cobren por derechos de autor, aunque ya son unos dibujos animados algo viejunos, ¿no?). Y si parece que voy a morir de enfermedad en cualquier momento ¡mejor que mejor! Qué asco –me desplomé de espaldas sobre mi cama.
-Ah, no es mala idea… Puedes empezar a servir como un Guardián en la Academia. Le diré a Albert, él te buscará oficio.
-Yupiiii -agité el puño con desgana sacándole a la Cucaracha una sonrisa.
-¿Más gente con la que hayas sido amable? No debe ser un número difícil de recordar.
Me giré hacia la Cucaracha. -Puessss… Colyn… Gin… -me encogí de hombros- Y a Lena la salvé cuando cayó al lago –el resto es que directamente ni intercambiaba una palabra.
-Yo hablaré con Lena… -Albert se nos unió a la conversación mientras aún estaba cerrando la puerta-. Pero en estos momentos no se encuentra muy bien, puede que ni se presente al juicio.
-Pues qué bien –no me hacía mucha gracia la presencia de Albert, la verdad.
-Hola, Al. ¿Qué tal tu reunión?
-Cansada… Pero sigamos con lo que estabais hablando. Alec, si te disculparas…
-Y dale, no me voy a disculpar. No puedo hasta que se me pase el suero de la verdad este y pueda mentir; aceptadlo e una vez.
Gin suspiró. -¿Seguro que no hay nada por lo que quieras disculparte con ella?
-Seguro. Mis males con ella se compensan con los suyos a mí.
La Cucaracha se levantó de su silla. –Es una pena que tenga que irme justo cuando acabas de llegar, Al, pero ya es tarde y hoy fue un día intenso. Buenas noches –permití que me diera un beso en la mejilla.
Albert la miró fijamente. –Robert te invitó a ir mañana a cabalgar, ¿no?
-Ah, sí… Pero lo rechacé… no sé montar en caballo –se excusó de inmediato, sintiéndose obligada a darle explicaciones-. Buenas noches, Gin, nos veremos mañana.
Gin empezó a despedirse, pero entonces miró a Albert, me miró a mí y se levantó de un salto. -¡Nicole, espera, espérame, acabo de recordar que… eeeeeeh, yo también tengo cosas que hacer mañana temprano, te acompaño!
Albert se despidió con la mano de ambos, pero no dejó de mirar a Nicole ni un solo segundo mientras se iba, de modo que yo también lo hice.
-¿Hay algo entre vosotros?
-Sí, ahora mismo una puerta –me salí por la tangente.
-Me refiero… Creía que Robert le interesaba, pero desde hace un tiempo le huye.
-Y eso lo cabrea un montón… -reí perversamente.
-¿Sabes por qué es?
-Sí –porque se enteró de que el-que-se-hace-el-héroe sólo la quería para cumplir su profecía.
-¿Me lo dirás?
-Humm… No, y si me lo preguntas directamente me morderé la lengua. Pero siempre puedes hacerme cambiar de idea (tengo un precio, a estas alturas ya debería saberlo).
-Ella es una buena chica y es mi amiga. Y está intentado ayudarte –me recordó como si eso pudiera hacerme sentir culpable-. Por favor, no le hagas mucho daño.
Me limité a sonreír en silencio.
Me miró frunciendo el ceño con dolor. –Y por lo que más quieras, deja de comportarte como el Dr. Dande.
-¿Por qué no? –Volví a poner mi habitual cara de póquer-. Suele funcionar.
-Porque me hace sentir aún más culpable.
-¿Y quién te ha dicho a ti que no es ese mi propósito?